Reflexiones de un hotelero como superviviente de COVID-19

El año 2020 sigue intrigando y conspirando contra la humanidad mientras nos enfrentamos a la dinámica siempre cambiante de la supervivencia y tratamos de reinventar/rediseñar nuestro modo de vida.

Cada vez me sentía más confiado y seguro de que tenía una especie de control sobre esta pandemia, y desarrollé un código de conducta personal para afrontarla, siguiéndolo a medida que avanzaba en el nuevo entorno laboral.


De vez en cuando, me daba palmaditas en secreto por haber descifrado el código y me ponía cínico con algunos que andaban perpetuamente con miedo y preocupación. Trabajar desde casa, aunque productivo, había reducido considerablemente mi estilo de vida, y me costó un tiempo acostumbrarme.

Entonces di positivo en una prueba. Cuando aparecen los síntomas, la mente pasa por intensos trastornos emocionales, desde la negación feroz, el dolor, el miedo, el pánico, la desesperación, la desolación, la impotencia, la agonía, la ira, la victimización, la injustificación, y luego, lentamente, la resignación y la aceptación.


Un nuevo mundo valiente: el hospital

Durante toda esta experiencia en el hospital destacaron dos aspectos importantes que para mí fueron fundamentales para que recuperara mi salud en el menor tiempo posible: la confianza y la aptitud.

Durante mi estancia en el hospital se demostró repetidamente que si la confianza precede a todos los demás atributos, la eficacia del tratamiento se multiplica exponencialmente. Cuando el hospital tranquiliza al paciente de manera que se basa en su ‘confianza’, ni siquiera la ‘aptitud’ será una preocupación seria para el paciente.

Cuando la confianza y la aptitud colaboran, tenemos un antídoto poderoso y potente capaz de abordar la situación más compleja. Esto se demostró en repetidas ocasiones durante mi estancia, y me admiró la forma en que esta unión tuvo un impacto tan positivo en los pacientes. 


El papel de mi cuidador: mi médico y su equipo

Me fascinó la forma en que funciona un hospital en colaboración sincronizada para hacer frente a este virus. En el hospital, estudié la eficacia de los profesionales y los procesos implicados.

Escucha cada una de las palabras del doctor. No eres su primer paciente, ni serás el último. Él realmente quiere luchar contra este virus dentro de ti y vencerlo, pero siempre necesitará tu completo compromiso al 200%. Atiende a cada instrucción, ya sea más o menos importante, ya que se tratan, literalmente, de instrucciones de vida o muerte para ti. Ha estado luchando esta batalla cerca de un año. Ha perdido muchas guerras, ha aprendido lecciones y tiene una feroz determinación para mejorar su puntuación personal. No se equivoque: no se trata de un consejo médico al uso, sino de estrategias de guerra, ni de planes tácticos de juego. Se fijan los objetivos y las metas y se dan instrucciones precisas a los líderes y miembros del equipo. Tú eres una parte esencial de su intento de tener éxito, por lo que tu compromiso es fundamental en todo momento. Olvida los egos permanentemente, olvida tus conocimientos médicos, escucha con atención cada instrucción, síguela y obedece incondicionalmente, ya sea de una enfermera, un endocrino, un fisioterapeuta, un dietista o un médico.

Empatiza con sus duras condiciones de trabajo y muestra preocupación y comprensión. Podrás mantener conversaciones muy perspicaces con ellos y apreciarás más su papel en este ecosistema. El título de ‘verdaderos guerreros’ es muy merecido. Su personalidad, oculta tras las capas de EPI, es inquebrantable y se compromete totalmente a garantizar que recibas la medicación correcta en el momento adecuado cada día. El equipo de enfermería me animaba constante y generosamente en mis pequeños logros, alentándome siempre durante los contratiempos. Compartiendo consejos para afrontar los momentos difíciles con elegancia, pero siempre a mi lado. 

El equipo sigue trabajando muchas horas en condiciones muy duras, aislado de la familia y sus seres queridos. Reprimir sus emociones constantemente puede causar estragos. Pero son alegres, receptivos, y hay un sentido de urgencia para ayudar y asistir siempre, ¡a cualquier hora del día o de la noche!


Reglas mentales - el nuevo entorno

  • Podía elegir estar deprimido y abatido durante la incertidumbre o centrarme en mi estado actual y mantenerme positivo. Elegí esto último.

  • Desprende positividad en todo momento. Es muy contagiosa y nunca te maldecirán por contagiarla. 

  • Visualiza y dramatiza los momentos más traumáticos. Te distrae positivamente y disminuye el dolor y la ansiedad.

  • Céntrate en las soluciones, no en los problemas.

  • El humor ayuda. Siempre he creído en su sutil poder.

  • Busca conscientemente la felicidad en cada acto y actividad.

  • Escucha, escucha, escucha realmente de forma activa y mantente atento durante las conversaciones.

  • Ayuda a cualquiera sin expectativas (amigos, colegas, vecinos, extraños)… a cualquiera. No seas No seas selectivo. 


La gran lección aprendida

Debe haber una razón por la que se pulsó el ‘botón de pausa’ cuando todo iba tan bien profesional y personalmente. En algún lugar dentro de mí, sin saberlo, algo había cambiado: me había vuelto menos empático, menos cariñoso, me desconecté de la realidad y creé mi propia realidad virtual. Menos aceptación de mis errores, menos tolerancia a los errores de los demás. Catorce días de reflexión te aclaran la mente y los pensamientos.


Gratitud

Una palabra que a menudo se olvida y que rara vez se reconoce o utiliza. Este incidente me mostró su existencia en su verdadera esencia. Las llamadas telefónicas y los mensajes procedentes del otro lado de los siete mares, de compañeros de colegio, de amigos de la universidad, de familias, de colegas, incluso de invitados y de mi propia organización fueron espontáneos, generosos y sinceros. El vínculo humano está intacto, pero enterrado en lo más profundo de nuestros compromisos y obligaciones con nuestra sociedad y nuestro trabajo diario. Pero a veces, en lo más profundo de nuestro ser, algo tira de las cuerdas de nuestro corazón y las emociones reviven.

Me siento abrumado por esta generosa ayuda que me han ofrecido mental, física y emocionalmente todos mis simpatizantes. Me ha hecho darme cuenta de que no soy una isla, como a menudo creía, sino una parte integrante de este mar de humanidad con la misma obligación de devolver incluso más de lo que estoy recibiendo.

La voluntad de triunfar sigue siendo muy fuerte, pero la voluntad de triunfar juntos se ha vuelto crítica e importante. 


Manoj Mathew

Past President

Skål International Bangalore